The Brave Minds. Ainara, Candela, Elisa, Martina and Laia, five ten-year-old girls, creators of the app +Válidos
Para Laia, Elisa, Ainara, Martina y Candela que hubiera más mujeres tomando decisiones en la dirección de las empresas supondría una mayor diversidad de ideas e incluso “las cosas irían mejor en algunos sentidos”.
Con tan sólo diez años, las chicas del grupo The Brave Minds quedaron en primera posición en la categoría júnior del concurso Technovation Challenge, gracias a la creación de la app +Válidos. El objetivo del concurso es que las más jóvenes encuentren soluciones a los problemas de la sociedad a través de la tecnología.
Cuando fue a la presentación del Technovation Challenge, en la biblioteca de al lado de su casa, a Ainara le encantó la idea: “me pareció que era un proyecto muy interesante, algo divertido para hacer con varias amigas”. Cuando se lo contó a las demás, no dudaron en apuntarse.
La idea de crear +Válidos surgió de una reunión del grupo para buscar ideas para el concurso. “Al final decidimos hacer una app relacionada con la salud, en concreto que sirviese para ayudar a las personas con alguna discapacidad”, explican. La famosa película Campeones también les sirvió de inspiración, y decidieron que querían que gente con distintas capacidades pudieran interactuar y formar nuevas amistades.
Para acabar desarrollando su aplicación necesitaron tiempo, dedicación y mucho esfuerzo. En primer lugar, hicieron esquemas de cómo sería la app, cómo funcionaria… Luego fueron invitadas a una clase en la Universidad Pompeu Fabra (UPF), donde aprendieron a programar, “fue muy emocionante”, dice una de ellas.
Más tarde, grabaron diferentes vídeos: uno, explicando de qué trataba la aplicación, a quién iba dirigida y sus objetivos; y otro, enseñando la app ya acabada y su funcionamiento. Después de varios ensayos y muchos nervios, finalmente hicieron la presentación el día del concurso.
Aun sin ser expertas en el tema, el grupo The Brave Minds disfrutó mucho de su participación en el concurso porque “fue una forma de ayudar a los demás a través de la tecnología”. Cuentan que les gusta la cantidad de diversión e innovación que les ofrece y, además, a diferencia de antes, permite conseguir información de manera fácil y rápida.
Como en todos los equipos de trabajo, las chicas son muy diferentes entre sí, pero se complementan a la perfección. Laia quiere ser profesora de matemáticas y de guardería; Elisa, abogada; Martina sueña con ser astronauta y profesora; Candela quiere ser bióloga y actriz; y Ainara aún no lo tiene claro.
Incluso siendo tan diferentes, ellas lo tienen claro: para que las niñas y mujeres se interesen por los estudios relativos a STEM, creen que sería una buena idea promover más concursos como el Technovation Challenge y que “ayudaría que en el colegio hubiese más asignaturas relacionadas con la ciencia y la tecnología”. También creen que ayudaría que se divulgaran más este tipo de materias y proponen que haya un contacto más directo con la tecnología para que las mujeres vean todo lo que se puede hacer con ella y vean que “aunque puedan tener ideas diferentes a las de los hombres, todas son igual de eficientes.