“Las STEM constituyen los empleo del futuro, la fuerza motriz de la innovación, del bienestar social, del crecimiento inclusivo y del desarrollo sostenible”, según la UNESCO, que señala que el hecho de que no haya mujeres en estos sectores significa que se perderá su punto de vista y, por lo tanto, que las STEM del futuro no se enfocarán hacia las mujeres y no las tendrá en cuenta. Para revertir esta situación, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) adoptó el año 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En este programa, las STEM tienen un gran protagonismo, ya que son imprescindibles para abordar las consideraciones ambientales, sociales y económicas actuales, pero no puede lograrse sin “cultivar un pensamiento y habilidades transformadoras, innovadoras y creativas y contar con ciudadanos competentes y empoderados”.

Falta motivación, no vocación

Tan solo 17 mujeres han ganado el Premio Nobel de Física, Química y Medicina desde 1903 (cuando lo obtuvo Marie Curie), mientras que han sido 572 hombres los que, año tras año, han logado este reconocimiento. A nivel mundial, las investigadoras representan únicamente un 28% y solo un 35% de chicas deciden matricularse en carreras dedicadas a las STEM. El estudioreciente “El desafío de las vocaciones STEM” elaborado por DigitalES, afirma que mientras en las universidades las chicas suponen un 55% de los alumnos, la representación de estas en las ingenierías no llega al 25%. 

La periodista Leyre Artiz, en un artículopara la  Universitat Oberta de Catalunya (UOC), asegura que existen profesiones (al igual que estudios) masculinizadas y feminizadas, y estas se relacionan especialmente con las STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Informes de organismos oficiales cómo la UNESCO (“Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM”) ponen el punto de mira en el hecho de que todas estas cifras apuntar a una falta de motivación, y no de vocación. 

La paradoja de la igualdad

Leyre Artiz en su artículo, apunta que en los países con altas índices de igualdad de género (que, normalmente, son estados de bienestar) hay menos chicas en los sectores STEM masculinizados (como lo son la informática o las ingenierías), mientras que en los países con menores cotas de igualdad sucede exactamente lo contrario. Este hecho es conocido como la “paradoja de la igualdad”, y se debe, según apunta la investigadora Milagros Sáinz en el artículo de Artiz, a que cuando las chicas se encuentran en entornos más desarrollados, con la opción de elegir, “prefieren huir de aquellas profesiones o estudios que les van a suponer luchar contra estereotipos que cuestionan sus capacidades y competencias”. 

Cambios positivos

La UNESCO, desde su informe, propone una serie de intervenciones a nivel individual, familiar, escolar y social para erradicar las ideas preconcebidas y los estereotipos de género, fomentar la confianza y la seguridad sobre todo en las niñas, aumentar la motivación, tomar medidas para desarrollar el interés, el compromiso y las aspiraciones de las chicas en las STEM, fortalecer las prácticas de enseñanza, promover un entorno seguro e inclusivo, etcétera.  Estas intervenciones deben ayudar a las niñas a ir más allá de lo que creen (o les han dicho que pueden), empoderarlas y darles la seguridad de dedicarse a las STEM. 

Por su parte, el informe de DigitalES propone fomentar actividades STEM extracurriculares o hacer de la tecnología una asignatura obligatoria para los estudiantes de Secundaria, Bachiller y FP, así cómo mejorar la formación de los profesores de Primaria en materias técnicas. También proponen mejorar la formación de los profesores en orientación, para que motiven a las estudiantes a declinarse por estudios técnicos cuando tengan capacidades para ellos, o simplemente para guiarles adecuadamente a la hora de escoger estudios superiores. Finalmente, quieren impulsar una visión más social de las carreras técnicas, y eliminar los estereotipos de género. En este sentido, la Ministra de Educación, Isabel Celáa, anunció durante la presentación del informe de DigitalES, una estrategia de educación digital con 236 millones de inversión, que connectará con las comunidades autónomas. 

El mundo empieza a cambiar y, si bien falta mucho para conseguir eliminar las barreras y los estereotipos que separan niños y niñas, cada vez estamos más cerca de escuchar a las niñas decir “yo de mayor quiero ser ingeniera”.