María Cumplido, una cordobesa de 28 años, recibe uno de los Premios de Matemáticas Vicent Caselles de la Real Sociedad Matemática Española y la Fundación BBVA 2020.
La galardonada cordobesa presentaba el pasado mes su tesis realizada en la Universidad de Edimburgo (Escocia). Tras cinco años de lucha, esfuerzo y perseverancia María Cumplido ha conseguido recibir un reconocimiento por todo el trabajo realizado y por haber llegado a la resolución de un problema teórico abierto desde hacía 20 años.
La tesis se focaliza en los grupos de trenzas y su generalización algebraica, los grupos de Artin. Las trenzas son objetos matemáticos que describen el movimiento de puntos en un mismo plano sin que estos se toquen. De estas se tiene más información, a diferencia de los Grupos de Artin, sobre los cuales María quiere seguir investigando y analizando en un futuro.
Las chicas también pueden ser científicas
La investigadora cuenta que uno de los mensajes más bonitos que recibió tras la entrega del premio fue el de una íntima amiga, que al enseñarle la noticia a su hija esta le dijo: “Entonces, mamá, ¿es cierto que las chicas también podemos ser científicas?”, según explicaba la doctora en el periódico El País. Estas palabras cautivaron a la investigadora, ya que no le ha sido nada fácil llegar hasta donde ha llegado y durante su trayectoria ha tenido que hacer frente a problemas de autoestima causados por otras personas o problemas para valorar sus capacidades como investigadora.
‘Si hemos conseguido estar donde estamos es gracias a hombres que han creído en nosotras. Mi director de tesis me repetía sin cesar cuando lloraba que, por supuesto, valía y mucho’. Revela la galardonada.
Su pasión por las matemáticas se despertó con tan solo 13 años cuando su padre y una amiga le motivaron apuntarse a un concurso escolar. Desde pequeña, María siempre había destacado en el colegio por sus buenas notas.
“Me aburrían las actividades de las niñas y a veces me hacían el vacío cuando estábamos en grupo. Estoy convencida de que, si en vez de ser una chica, hubiese sido un chico, no habría pasado por lo mismo. Se acepta más de un hombre que sea un empollón que de una mujer. Está muy estigmatizado”, nos cuenta.