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El Libro Blanco de las mujeres en el ámbito tecnológico y la brecha digital de género

Cuando hablamos de la brecha de género en los sectores STEM, hablamos, en parte, de la brecha digital de género. Sí, porque la escasa presencia de la mujer en el sector de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) es un tema preocupante. 

El mundo en el que vivimos avanza a un ritmo frenético y los expertos ya apuntan que podemos hablar de la 4ª revolución industrial. El desarrollo tecnológico ha llegado a todos los ámbitos que nos rodean, des del académico hasta al profesional, pasando por cualquier aspecto cotidiano. La Unión Europea señala que dentro de dos años el 45% de los empleos estarán relacionados con el entorno digital. Con este contexto, ¿cuál es el papel de las mujeres en el sector digital? 

 

“A fecha de 2019, 7 millones de personas trabajaban en el sector de las TIC en Europa y solo el 30% eran mujeres.” 

El Libro Blanco de las mujeres en el ámbito tecnológico, constituye un esfuerzo sistemático para presentar un informe de la cuestión de la brecha de género digital en España y se plantea con un doble objetivo: poner en valor la figura de la mujer en el mundo digital y proponer soluciones para revertir la brecha de género existente. En el último informe publicado, se detectó que, a fecha de 2019, 7 millones de personas trabajan en el sector de las TIC en Europa y solo el 30% son mujeres.” 

Aunque el informe en cuestión afirma que el contexto para llevar a cabo actuaciones dirigidas a aumentar la presencia femenina en el mundo digital es favorable, hay muchos factores que actúan de barrera. Repasamos las conclusiones del informe través de diferentes temas que explican la escasa presencia de mujeres en el sector de las TIC. 

 

Estereotipos y prejuicios en el sector digital 

Los sesgos de género por estereotipos y prejuicios son el principal factor que incide en la escasa presencia de las mujeres en el ámbito tecnológico. Los tradicionales roles de género favorecen a que menos mujeres se sientan atraídas por el mundo tecnológico y digital. Estos sesgos de género se interiorizan en edades tempranas. Aunque la etapa de la adolescencia y la juventud se consideran clave en este proceso, es en la infancia donde se configuran las preferencias e intereses. 

Educación: formal e informal 

En relación con la última mención – en la infancia se configuran las preferencias e intereses – , el hecho que la educación tiene un papel clave es irrefutable. La educación formal, sí, pero también la informal. Las vocaciones tecnológicas, por un lado, se despiertan en el aula, aportando referentes que contribuyan a normalizar la presencia de mujeres en los ámbitos STEM. Por otro lado, las experiencias positivas des de la infancia y juventud en torno a las TIC en el entorno informal tiene un peso muy específico. Es importante fomentar espacios de ocio vinculados a lo tecnológico para promover las vocaciones TIC fuera del aula. 

Referente a los estudios superiores, el porcentaje de mujeres matriculadas en carreras tecnológicas sigue siendo muy escaso. De hecho, exceptuando el campo de la nanotecnología y la biotecnología, esta cifra ha disminuido o, en el mejor de los casos, se ha estancado en los últimos años. 

Mundo laboral, liderazgo y emprendimiento digital 

Con lo visto hasta ahora, afirmar que la presencia de las mujeres en el ámbito laboral digital es minoritaria, no representa ninguna sorpresa. La brecha de género de los empleos digitales aumenta y, a su vez, disminuye la representación de estas en posiciones de liderazgo en el ámbito digital. Las habilidades relacionadas con el liderazgo y la gestión exitosa se siguen asociando al papel del hombre, hecho que dificulta aún más la presencia de las mujeres líderes en el sector. 

Por otro lado, el emprendimiento tecnológico tampoco se salva de los sesgos de género. Un emprendimiento masculinizado que junto a la falta de financiación son, hoy en día, el principal problema para las mujeres que quieren emprender poniendo en marcha un proyecto tecnológico. 

Algoritmos, IA y videojuegos 

Los sesgos de género discriminatorios no se escapan de los algoritmos y la inteligencia artificial. Existen numerosos ejemplos que evidencian cómo los conjuntos de datos contienen un sesgo de género significativo. En este sentido, la formación en perspectiva de género se vuelve imprescindible para ejercer tareas relacionadas con este campo, con el fin de prevenir consecuencias que afecten negativamente a la igualdad de oportunidades. 

Por último, pero no menos importante, el campo de los videojuegos representa un ámbito de estudio paradigmático para estudiar los mecanismos que mantienen a las chicas alejadas del mundo tecnológico. De hecho, las niñas que juegan a videojuegos tienen tres veces más probabilidades de ser mujeres STEM. 

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“Vivimos actualmente una época de transformación en la que las mujeres estamos ganando terreno en muchos ámbitos.”
“En un futuro, las mujeres también serán protagonistas del sector tecnológico.”