Sílvia Planella es ingeniera técnica industrial y arquitecta técnica. Des de la empresa ENGINY CONSULTORIA, se dedica a ayudar a empresas o entidades públicas y privadas a desarrollar proyectos, mejorar su funcionamiento o competitividad y a resolver los retos que las empresas deben afrontar fruto de la economía global latente, cada vez más competitiva. Sílvia es también fundadora y codirectora de ENGINY-era, un proyecto que tiene como objetivo acercar las materias STEAM a niños, niñas y jóvenes y, a la vez, empoderar a las niñas para que tengan la capacidad y libertad de elegir dichas materias a la hora de decidir el ámbito el cual formarse.  

¿Las chicas representan sólo el 35% del alumnado matriculado en los estudios de las áreas relacionadas con STEM. ¿Qué es lo que está fallando?

Creo que hay diferentes factores que afectan a que no haya mujeres: falta de referentes femeninos, estereotipos y clichés de género, falta de reconocimiento y visibilidad del papel de la mujer en la Historia, brecha de género en los salarios, cultura sexista y misógina presente en muchos ámbitos de la sociedad, falta de visibilidad de la mujer en los medios de comunicación, cultura patriarcal que el hombre es quien debe aportar el dinero en la familia y la mujer tener cuidado de los hijos, etc.  

¿Crees que las actividades extraescolares podrían interferir en propiciar este cambio hacia la igualdad? 

Las extraescolares son una actividad en la que se puede trabajar la motivación hacia una vocación, pero creo que para que funcione tenemos que conseguir que a todas las extraescolares haya niños y niñas por igual.  

Para conseguir esto hace falta romper estereotipos y, sobre todo, educar a las familias para que, en este caso, presenten por igual todas las extraescolares a los hijos y a las hijas. Es decir que, por ejemplo, propongan a los niños a hacer balé y a las niñas a hacer robótica.  

¿Has tenido que superar algún obstáculo para llegar dónde estás en tu carrera? ¿Cuál? 

Durante la carrera de ingeniería la gran mayoría de los profesores tuvieron una actitud normal conmigo, pero recuerdo un profesor que me ponía mala nota en las prácticas entregadas hasta que en lugar de poner el nombre se me ocurrió poner S. Planella (supongo que pensó que era Santi, Samuel, …) y entonces ya me ponía la nota que tocaba.
Cuando llegó el examen suspendí y fui a revisión porque yo pensaba que me había ido bien. La revisión fue absurda porque me valoraba mal cosas que no eran tan importantes como para suspender y al no tener argumentos se limitó a decirme que yo era una chica y como tal que no aprobaría nunca porque ingeniería era demasiado difícil para una mujer y que me fuera a hacer una carrera como empresariales que entonces sí que aprobaría. Recuerdo que incluso me señaló donde estaba el edificio. Salí llorando sin saber dónde ir ni qué hacer pensando que eso era el fin a mi carrera porque nunca me aprobaría.
Por suerte, creo que cualquier chica que ahora se encontrara en esta situación no saldría llorando porque tendría claro que esto es una clara discriminación sexista y hay unidades de Igualdad en las universidades donde denunciarlo. Pero fui valiente y con tan solo 19 años lo denuncié. Por suerte, la persona que me atendió me escuchó y me dijo que no me preocupara porque encontraría la solución, que estudiara para la recuperación y que estuviera tranquila. No sé exactamente qué pasó internamente, pero aprobé la recuperación y nunca nadie más me trató igual en la universidad.
Una vez acabé, recuerdo realizar entrevistas totalmente discriminatorias por el hecho de ser mujer, realizándome preguntas que nunca harían a un hombre, como si tenía previsto ser madre. En una entrevista recuerdo que me levanté y me fui porque las preguntas llegaron al absurdo. El hombre que me hizo la entrevista incluso me miro de arriba a abajo y me planteó si siendo una chica tan delgaducha aguantaría ir a las obras con los zapatos de seguridad. Me sentí discriminada por ser mujer y por mi físico y dije que me iba porque no quería trabajar en un sitio donde me hacían este tipo de preguntas.

Cuando dijiste a tu entorno que querías dedicarte a un sector que normalmente siempre ha sido de hombre, ¿cómo reaccionaron? 

La verdad es que no lo recuerdo especialmente. Mis padres siempre han confiado en mis decisiones y me han dado apoyo. Y, de hecho, cuando escogí ingeniería no era consciente que había tan pocas chicas. Des de pequeña me había encantado todo lo referente a mecanismos y diseño de máquinas y al escoger la carrera simplemente escogí seleccionando el estudio que mejor se ajustaba a mis intereses. 

Creo que ayudó mucho que mi padre se dedicara a la electrónica e incluso de pequeña lo ayudara a montar circuitos, igual que mi hermano. Yo crecí pensando que mi hermano y yo éramos iguales, y que podíamos estudiar y ser lo que queríamos. Por eso creo que es tan importante el entorno familiar de los niños y las niñas. 

“En las STEM creo que es muy complicado que, si una niña no sabe a qué dedicarse opte por algo de lo que no tiene referentes.”

¿Qué peso crees que tiene la inclusión y mención de mujeres STEM referentes para las estudiantes?

En mi caso, des de pequeña supe cuales era mis intereses, pero soy consciente que no siempre es así y que lo más común es que los intereses vayan surgiendo en función de la información que te va llegando y de las motivaciones que recibas. En este sentido, creo que es vital que tanto los niños como las niñas tengan referentes de ambos géneros en todos los ámbitos. 

Y en concreto, en las STEM creo que es muy complicado que, si una niña no sabe a qué dedicarse opte por algo de lo que no tiene referentes. La mayoría de las personas queremos formar parte de iguales y ser una minoría no es una opción si no es que tengas muy claro que aquello es tu objetivo. Creo pues que es importantísimo que haya mujeres en las STEM para que mujeres se inspiren y se motiven, pero también creo que es importante que los hombres vean que ser una mujer STEM debe formar parte de la normalidad y tienen que ser activos en este objetivo. 

¿Cuál crees que será la tendencia en un futuro en relación a la mujer en las carreras STEM? 

Creo que estamos en un buen momento para cambiar las cosas. Falta talento sobre todo en la ingeniería y la tecnología y esto ha hecho ver a las empresas que este talento puede provenir también de las mujeres. Esta necesidad ha hecho que las empresas y la administración opten por potenciar este talento y que se desarrollen acciones y proyectos que visibilicen la falta de talento femenino y propongan acciones para cambiar las cosas. 

¿Qué consejo darías a las mujeres que se inician en el sector? 

Que nunca piensen que son menos que nadie. Simplemente todos y todas somos diferentes, cada uno con sus capacidades e intereses. Que sean valientes y que nunca dejen que nadie las juzgue por el hecho de ser mujeres.  

Si decir que no a las discriminaciones les supone, por ejemplo, perder un trabajo, tienen que pensar que es la empresa que se pierde su talento y no ella que se pierde una oportunidad, ya que no vale la pena trabajar en empresas y personas que piensen así. 

¿Qué papel jugáis las iniciativas STEM en todo este universo, cómo crees que inspiran a las nuevas generaciones?  

Pienso que las iniciativas STEM son el vehículo para demostrar a las nuevas generaciones que todos y todas somos iguales. Es vital llegar por igual a los dos géneros para que niños y niñas crezcan pensando que todos y todas merecemos las mismas oportunidades. Hace falta romper con los estereotipos y dar confianza y referentes para que la diversidad forme parte de la normalidad en un futuro. Actuar ahora es tener resultados mañana.