Susanna Cabos estudió en la Universidad Politécnica de Catalunya, donde cursó la Diplomatura en Estadística, algo que complementó posteriormente con un Máster en Dirección de Calidad. Además de realizar un PDG por la UOC, también estudió un PDD en IESE Business School. Empezó a trabajar en el sector auxiliar de la automoción, donde desempeñó diferentes roles en el área de Calidad y Satisfacción del Cliente para distintas entidades. En 2008 entró en Schneider Electric (SE), empresa en la que ha ocupado diversas posiciones, de nuevo en la sección de Satisfacción del Cliente, actualmente sigue en esta área a nivel global. Colabora en iniciativas impulsando la inspiración de niños y niñas en el área STEM y además es Co-fundadora del Programa “Let’s Go Engineering” de SE. 

¿Las chicas representan sólo el 35% del alumnado matriculado en los estudios de las áreas relacionadas con STEM. ¿Qué es lo que está fallando?

Destacaría primero la presencia de estereotipos de género en la sociedad, muy condicionando desde muy temprana edad con aquello que es para niñas o lo que es para niños, y como consecuencia, una falta de diversidad en el mundo de la tecnología y una falta de modelos de referencia actuales, en las que niñas y chicas con habilidades científicas o TIC refuercen su rol frente al grupo y las ayuden a no verse etiquetadas como “raras”. 

Otra de las problemáticas, es que se considera que las carreras científicas/tecnológicas requieren un esfuerzo mayor, el cual luego no se ve claramente recompensado al acceder al mercado laboral. Además, la educación en los padres (especialmente en la madre) se relaciona directamente con el surgimiento de vocaciones de ingeniería/científicas. 

Por último, y no menos importante, estudios confirman que, habitualmente, los hombres prefieren trabajar con cosas y las mujeres con “personas”, porque buscamos de forma innata un propósito humano en aquello que hacemos. Es importante mostrar como la tecnología con valores ayuda a la sociedad a avanzar con un alto impacto humano y un fuerte beneficio social, mejorando la vida de las personas y haciendo de este mundo un mundo mejor. 

 

¿Crees que las actividades extraescolares podrían interferir en propiciar este cambio hacia la igualdad? 

Sí, pero no es suficiente, porque muy pocas niñas se apuntan a estas actividades extraescolares, que en su gran mayoría son de pago, lo que genera una barrera de entrada adicional.  

Es necesario que estas actividades estén integradas en el currículum escolar, como una asignatura más, o integradas en una/varias de las asignaturas, aportando la importancia que se merece. 

“Me hubiese gustado en algunos momentos tener una mentora en el ámbito industrial a la que haber podido preguntar aquellas inquietudes laborales a las que mi madre no podía darme respuesta.“

¿Has tenido que superar algún obstáculo para llegar dónde estás en tu carrera? ¿Cuál? 

La verdad es que personalmente no he tenido ningún obstáculo, a pesar de trabajar más de 12 años en el sector de automoción, reconocido como un sector con presencia mayoritaria masculina. Siempre he tenido el apoyo, la motivación y el impulso tanto de mis compañeros, de los equipos como de las personas que lideran o lideraban cada una de las organizaciones donde he podido colaborar.  

Por otra parte, durante mi carrera profesional, y aún trabajando en entornos con elevada presencia masculina, he podido crecer junto a grandes profesionales femeninas que utilizan sus habilidades y capacidades propias, conservando su esencia, sin adoptar patrones estándar, propiciando así entornos diversos, inclusivos y más ricos que generan ambientes de co-creación y generación de valor.

¿Cuando dijiste a tu entorno que querías dedicarte a un sector que normalmente siempre ha sido masculino, ¿cómo reaccionaron?    

En mi caso me apoyaron completamente, ya que sabían que mi área, el área de calidad y satisfacción cliente, era y es mi gran pasión. Confiaron en mis capacidades, y habilidades, y con gran compromiso y esfuerzo pude alcanzar cada uno de los objetivos que me fui marcando a lo largo del camino. 

En gran medida tengo que agradecer que mi madre me ayudó a entender que el mundo es de valientes. Ella es y ha sido una luchadora que supo salir hacia delante en tiempos realmente complejos, un ejemplo real de madre coraje. Lógicamente me hubiese gustado en algunos momentos tener una mentora (mujer referente en el ámbito industrial) a la que haber podido preguntar aquellas inquietudes laborales a las que mi madre no podía darme respuesta. 

¿Qué peso crees que tiene la inclusión y mención de mujeres STEM referentes para las estudiantes?

Mucho…tiene un gran impacto. Principalmente, porque ellas pueden tener a alguien de espejo, ampliando sus perspectivas de quien puede trabajar en el campo STEM, además de ayudarlas en la percepción de su propio potencial, ayudándolas a tomar conciencia de que sí pueden.  

¿Cuál crees que será la tendencia en un futuro en relación a la mujer en las carreras STEM? 

Estoy convencida que veremos una tendencia positiva, ya que poco a poco la importancia y beneficio de la diversidad e inclusión es cada vez más latente en nuestra sociedad, rompiendo estereotipos de género. Cada vez hay más divulgación que ayuda a que referentes de las ciencias y las tecnologías lleguen a las chicas. La inclusión de valores en la educación, así como la formación específica en los docentes, hace que brillen de forma especial las carreras STEM como carreras con un “propósito humano”. La combinación de estos valores con la tecnología puede hacer de este mundo un mundo mejor.  

 

¿Qué consejo darías a las mujeres que se inician en el sector? 

Que no tengan miedo, que permitan equivocarse (y volverse a levantar) y que pidan ayuda siempre que lo necesiten, que no es más valiente el que no pide ayuda sino el que entiende que mostrarse vulnerable es parte del camino para crecer.